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El periodismo boliviano por más de una década ha enfrentado desafíos por parte del gobierno de Evo Morales. Además de tener un gobierno muy corrupto, Bolivia aún tiene otras dificultades, como los efectos de la pandemia, que afectan al periodismo independiente.
Con las elecciones del 2005, Evo Morales Ayma ingresa a su periodo presidencial el 22 de enero del 2006, siendo así el primer presidente indígena. Pero, el 10 de noviembre del 2019, Evo Morales renuncia y huye de Bolivia ya que se descubre que en las últimas ocasiones él había cometido fraude electoral.

Se pensó que por la renuncia de Evo Morales, los periodistas bolivianos estarían más cómodos sirviendo a la nación en su papel como prensa independiente, pero llegó la pandemia y esto trajo nuevos desafíos.
El gobierno de Evo Morales tenía tanta influencia que podía vetar a periodistas, a través de los medios comunicativos donde trabajaban, o silenciarlos de otras maneras.
Carlos Valverde, periodista boliviano, ha sufrido presión por parte del gobierno por lo que escapó de Bolivia por seguridad de sus amigos y familia. Valverde había investigado la vida personal del presidente Morales y encontró que el hijo entre Evo Morales, y Gabriela Zapata, ex-pareja de Morales, no era hijo del presidente boliviano, además de otros datos relevantes.
A consecuencia de esta noticia, Carlos Valverde tuvo que huir a Argentina por las represalias del gobierno de Morales. Cuando regresó a Bolivia en mayo del 2016, la mayoría de canales y emisoras de Santa Cruz, Bolivia lo habían puesto en una lista negra.

Actualmente Valverde tiene un programa de noticias en YouTube y en Facebook, en el que libremente puede argumentar sus posturas ante el gobierno de Evo Morales y otros eventos actuales dentro y fuera de Bolivia.
“Si el Gobierno hubiese logrado callarnos, habría ganado”, declaró Valverde. “Pero estamos ganando, porque seguimos expresándonos”.
Aunque la nueva presidenta, Jeanine Áñez, lleva varios meses en el poder, las cosas no han cambiado mucho. Puede que exista una democracia más estable y un gobierno más transparente, pero desafortunadamente, el COVID-19 no solo afectó al país en la salud y la economía, sino también afectó a los medios comunicativos.

Por otro lado, el cambio de administración gubernamental ha causado contención hacia los medios comunicativos en varias localidades, los bajos salarios para los reporteros, la competencia contra las noticias falsas, entre otros desafíos afectan a diario al periodista boliviano.
Lupe Cajías, Boris Miranda y Marcelo Guardia, periodistas bolivianos con años de experiencia en los medios comunicativos, hicieron un análisis del periodismo boliviano para el periódico ‘La Opinión’ de Cochabamba, Bolivia. En este detallado reporte aseguraron que el periodismo boliviano está en su peor momento.
Por ejemplo, los diarios impresos ya no circulan con regularidad debido a las regulaciones del COVID-19 en el país. Esto ha llevado a los periodistas a utilizar las redes sociales, las que no son tan efectivas para la audiencia del país andino, que usualmente recibe las noticias a través de radio, televisión y en periódicos.
Situaciones como esta han llevado al periodista boliviano a hacer su mejor intento para adaptarse a la dura realidad, a pesar de la cruda realidad de la industria periodística en Bolivia aún antes de la pandemia.
“Yo creo que, como en toda crisis, vive el que se adapta los nuevos tiempos”. (Lupe Cajías, columnista del periódico ‘Los Tiempos’ y ‘Página Siete’)
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